LOS DESAFÍOS DECOLONIALES DE NUESTROS DÍAS: PENSAR EN COLECTIVO

 

LOS DESAFÍOS DECOLONIALES DE NUESTROS DÍAS: PENSAR EN COLECTIVO



A lo largo de la historia, encontramos procesos históricos de colonización, muchos de ellos han logrado librarse después de años de sometimiento, gestando así lo que conocemos como descolonización, otros se están desarrollando hoy en día. En este análisis profundizaremos precisamente sobre este último punto entendiendo que se refiere a un proceso profundamente trasformador y critico que busca influir sobre las imposiciones fundamentadas en el poder que decantan en la subordinación e influencia sobre elementos particulares propios como la cultura, la identidad, educación, saberes, entre otros.

Para desarrollar, este proceso analítico partiremos de lo postulado por los compiladores Borsani y Quintero (2014) titulado Los desafíos decoloniales de nuestros días: pensar en colectivo” y nos detendremos específicamente en la postulación de los precitados titulados: Los desafíos decoloniales de nuestros días: pensar en colectivo y lo planteado por Walter Mignolo: Retos decoloniales de hoy.

En ambas construcciones teóricas, resalta la inclusión de los colectivos sociales en estos reflexiones y debates, la importancia de esto está relacionada a que es desde estos espacios donde se puede desarrollar un sólido tejido social que se convierta en un elemento trasformador de la realidad, en este caso desde ellos se puede mirar la percepción, causas y consecuencias de la colonización, pero también identificar los desafíos y retos propios de la descolonización.

El conocimiento directo de los colectivos de las necesidades a nivel grupal, individual, comunitario y nacional, no solo se queda resumido a que puedan identificar retos y desafíos como lo mencionamos en el párrafo anterior, sino que desde ellos se puede diseñar, construir, implementar acciones y procesos alineados al tema de interés. Así que entonces, la participación activa de colectivos permite que estos se involucren en la toma de decisiones que afectan su entorno, brindándoles una posición mucho más activa en los procesos sociales.

Por lo tanto, en consonancia a lo que hemos mencionado que la descolonización se refiere a un proceso profundamente trasformador y critico que busca influir sobre las imposiciones fundamentadas en el poder que decantan en la subordinación e influencia sobre elementos particulares propios como la cultura, la identidad, educación, saberes, ente otros aspectos, es desde estos colectivos, su  sentido de pertenencia y la cooperación entre sus miembros a su comunidad o a la sociedad en general desde donde se pueden visibilizar estos retos y desafíos, exigir cambios y generar incidencia.

Ahora bien, en primer lugar y con relación al primer título llama la atención que uno de los principales aspectos que se señala es la exclusión como resultado de un pensamiento colonizador que ha dejado a un lado diversos elementos, pero lo más grave de esto es que se ha asumido dentro del pensamiento político y se le ha dado el título de democracia moderna; sin embargo, hay un claro llamado a refundar esto desde una visión decolonial, lo que implica principalmente, poder incluir la participación de colectivos sociales como los que mencionamos algunas líneas más atrás y que desde esta forma no tiene la participación ni la voz que se corresponda o se alinee con un pensamiento descolonizador.

También, se generó la reflexión sobre la educación, de la cual se sabe que a nivel mundial es uno de los aspectos que permite la disminución de brechas que afectan de diversas maneras a los múltiples grupos sociales que hacen vida en la sociedad, pero la invitación nuevamente tiene que ver con la inclusión de actores sociales y eso lleva a mirar la propia realidad, por ejemplo: en los diversos programas educativos se incluye el idioma extranjero como parte fundamental de la formación en diversos niveles educativos, dentro de esto cabe preguntarse: siendo Venezuela un país con gran presencia de pueblos originarios ¿Cuántos programas incluyen el estudio de estas lenguas?

Por lo que entonces, de acuerdo con esto dos puntos que hemos planteado parece que comenzamos a identificar que aunque ciertamente a nivel nacional hemos avanzado en procesos de descolonización aún existen brechas que deben ser influidas entre ellos incluir una mayor participación de los colectivos sociales sin distinción ideológica, influir estructuras que generan exclusión y racismo, construir sentido de pertenencia sobre la riqueza del pensamiento, la diversidad y los recursos propios, así como repensar el concepto de democracia desde estos planteamientos.

Esto, debe entonces decantar en la tenencia de una sociedad que sera capaz de reconstruir y construir alternativas descolonizadoras desde la resiliencia, permitiendo crear nuevas formas de organización y de vida, reconocer la interconexión y relación entre la naturaleza, los seres y los saberes, visibilizar, articular y fortalecer las luchas sociales de los colectivos sociales excluidos para así generar cambios esperados y que respondan a los desafíos que hemos mencionado.

Por otra parte, y en relación con el tema de los retos decoloniales, a pesar que hemos identificado algunos desde el primer título que hemos analizados, este otro apartado nos permitirá reforzarlos y hacer un discernimiento mucho más profundo, Mignolo pone de relieve que la deconolización no puede quedar se resumida a una moda, debe ser convertida en una postura que precisamente lleve a un proceso de transformación y debe incidir en diversos factores sociales complejo como las relaciones y pensamientos.

También, parece esto tener una relación con un texto que analizamos en la unidad anterior sobre la geopolítica, ya que se identifica también como un aspecto importante la tendencia a la influencia de modelos por parte de potencias poderosas o lo que se ha denominado reoccidentalización y en contra posición la desoccidentalización  que busca el desarrollo de la autonomía propias, es decir una descolonización.

Esta realidad, descrita, debe buscar incidir sobre el nudo crítico y que a pesar de los avances descolonizadores que se han dado la realidad es que el colonialismo sigue operando en nuestras prácticas cotidianas, incluso en espacios como la familia, la educación, la espiritualidad, el trabajo y el lenguaje.

Esto debe llevar a prácticas nacionales donde la decolonialidad puede vivirse en la forma en que se diseñan proyectos, programas y acciones nacionales, el manejo de la economía, el valor por lo nacional pero fundamentalmente donde, se reconocen las voces de las comunidades, y se promueve el diálogo entre saberes como parte protagónica de la propia historia nacional.

En conclusión, la descolonización no puede entenderse como un proceso concluido ni como una simple tendencia académica o moda que debería interpelar profundamente nuestras prácticas cotidianas, nuestras estructuras sociales, nuestras formas de pensar y nuestra vida profesional, en este análisis se evidencia que la transformación real requiere la participación activa de los colectivos sociales, quienes desde sus territorios, saberes y experiencias pueden identificar los desafíos que aún persisten, como la exclusión, el racismo estructural, la invisibilización de las lenguas originarias y la imposición de modelos educativos ajenos a las realidades locales.

Con relación a este punto de la educación, la realidad se ilustra muy bien en el documental trabajado en la unidad de metodología de la investigación, titulado un crimen llamado educación, dirigido por Jürgen Klaric  en donde se muestra como incluso el sistema educativo actual puede estar influenciado por esa colonización de la que hemos hablando, generando un sistema bastante deshumanizado.

Como mensaje clave entonces podemos decir que la descolonización entonces implica reconocer, construir sentido de pertenencia y promover una justicia que valore la diversidad de saberes y culturas.

 



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